lunes, 19 de octubre de 2009

Mis sueños eróticos

Soy una chica normal, de veintimuchos años (casi treinta) y la verdad es que me encanta el sexo. No es que sea una de esas chicas que están cachondas perdidas todo el día, pero la verdad es que disfruto bastante del contacto carnal con otras personas. Me van los contactos eroticos de todo tipo, con un chico, dos, tres... trios con alguna chica.. pero siempre de un modo seguro, la protección es muy importante. Aunque he probado ya bastantes prácticas sexuales, aún tengo bastantes sueños eróticos por cumplir. Por ejemplo, me encantaría prácticar sexo en un avión. Aunque lo he oído muchas veces y visto en alguna que otra película, no conozco a nadie que lo haya hecho. Porque, a ver, ¿por qué son tan pequeños los baños de los aviones? Obviamente no han pensado en esa posibilidad... Pero mi fantasía no es ni con un piloto ni con un azafato, más que nada por que los primeros, suelen ser unos viejos babosos, y los segundos, gays. Me gustaría hacerlo con un pasajero. Por ejemplo, algún hombre de negocios interesante o un chico muy guapo que viaja con su novia al lado. Nos miramos antes de subir al avión y hay conexión instantánea. Una vez dentro, nos sentamos muy cerca. Entonces me levantó y él me ve pasar hacia el baño. Va detrás mío y yo oigo sus pasos detrás de mí, ya excitada por lo que va a suceder. Entro en el pequeño habitáculo y dejo la puerta abierta. Entonces, sin media palabra, entra él y me agarra con fuerza. Nos besamos también muy fuerte y comenzamos a hacer el amor... Es que me pongo a cien sólo de pensarlo. A decenas de kilómetros de altura, rodeados de personas desconocidas que no saben lo que pasa a pocos metros de donde están sentados. Después salimos, primero él y luego yo, y ocupamos nuestros asientos. Pasamos las horas siguientes (porque es un vuelo transoceánico, claro) muy cerca el uno del otro, con el recuerdo de lo que acaba de pasar y de la intimidad que acabamos de compartir. Cuando aterrizamos, salimos sin mediar palabra. No sé su nombre y él tampoco sabe nada de mí. Y así termina mi fantasía. Por supuesto tengo otras muchas más, pero ésta es mi favorita. Ya sé que no es demasiado original y que está muy vista, pero de verdad que me pone. A mil. Hmm... y ahora que lo pienso, creo que las próximas vacaciones las voy a hacer a algún lugar muy lejano... y sola.